Cuando hablamos de estimulación sensorial hacemos referencia a la entrada de información del entorno al sistema nervioso a través de los sentidos para elaborar sensaciones y percepciones. Dicho proceso se considera de vital importancia por constituirse como el primer elemento sobre el que se construye cualquier tipo de aprendizaje. La integración sensorial se debe adquirir durante la primera etapa del desarrollo del niño, adquiriéndose con la ayuda de las funciones cognitivas básicas (atención, memoria, percepción…) y permitiendo el posterior desarrollo de las funciones cognitivas superiores (resolución de problemas, razonamiento, lenguaje y creatividad).
Gracias a los sentidos, y a través de una exploración activa del entorno mediante el movimiento (acción y experimentación), se produce el proceso de asimilación y acomodación de los contenidos y estímulos recibidos, el cual permite la construcción de futuros aprendizajes y la comprensión del mundo que nos rodea. Este proceso tiene lugar de forma natural en todas las personas desde el nacimiento.